lunes, 28 de mayo de 2012

RED NACIONAL DE ETNOEDUCADORES: LA IMPORTANCIA DE ESTAR EN CONTACTO



Al encuentro de etnoeducadores que se llevó a cabo el 17 y 18 de mayo en el Centro de Eventos de la Biblioteca Luis Ángel Arango, asistieron 20 etnoeducadores de departamentos como Chocó, Valle, Bolívar. Y La Guajira

Manuel Francisco Viveros es el coordinador del programa de Arte Dramático de Univalle en la sede de Buenaventura. Proveniente de Cali, fue monitor de un proyecto de formación teatral para muchachos de los barrios de Buenaventura que tuvo mucho éxito y se convirtió en un programa profesional de teatro en el puerto.

Viveros asistió al pasado Encuentro de Etnoeducadores organizado por el Ministerio de Cultura en el marco de la conmemoración del Mes de la Herencia Africana en Bogotá. Para él, lo más significativo de este encuentro ha sido el darse cuenta de que no está solo en su quehacer.
“Buenaventura es un lugar muy aislado. Es reconfortante darse cuenta de que lo que uno hace en un lugar tan apartado se está repitiendo en otros lugares y estamos pensando en el mismo problema, porque uno se conecta”, afirma.

La poeta y maestra afrocolombiana Mary Grueso, junto con Claudia Mosquera, investigadora y profesora de la Facultad de Trabajo Social de la Universidad Nacional y Esperanza Biohó, gestora cultural, fueron las conferencistas principales del encuentro.

La etnoeducación es un enfoque pedagógico, nacido en el seno mismo de las comunidades étnicas, como una serie de estrategias de enseñanza para transmitir y preservar conocimientos milenarios identitarios. Estas aproximaciones evitan que la educación formal impartida a los niños de estas comunidades choque con su identidad étnica y comunitaria, y permita que se conserven sus saberes lingüísticos y culturales.

“Creo que no es fácil definir muy bien cuáles y cómo deberían ser esos procesos de etnoeducación, pero resulta muy claro que son procesos que no solamente se dan en el aula, sino que se dan con más fuerza y claridad, y también más impacto, cuando trascienden el aula e involucran a la comunidad”, asegura Viveros.

Según el diagnóstico del Ministerio de Cultura sobre la vitalidad de la lengua palenquera, por ejemplo, un factor que ha incidido en el frágil estado de esta lengua se relaciona con los procesos formativos de espaldas a la realidad sociocultural de la población. Los maestros que dieron inicio a la educación formal en Palenque no pertenecían a la comunidad y desconocían sus particularidades culturales. El modelo de educación impartido, si bien abría oportunidades hacia la alfabetización y la preparación académica, respondía más a la formación en la cultura nacional y extranjera que a lo referente al patrimonio de San Basilio.


Según Viveros, encuentros como el realizado en Bogotá, ayudan a aclarar entre los etnoeducadores, que lo más importante es lograr los objetivos académicos, siempre a partir del entendimiento de la propia cultura. “Yo represento a la academia y he tenido que encontrarme con la tradición, con procesos tradicionales de cultura popular. Los etnoeducadores tienen que tener el conocimiento académico y formal pero también conocer muy bien esa cultura a la que se van a dirigir: tener la capacidad de entender y reconocer la tradición académica con un compromiso en la tradición cultural.”

A partir de esta reunión ha surgido la necesidad de generar una red nacional de docentes etnoeducadores, para circular la información, e intercambiar experiencias exitosas en el tema. Todos los asistentes por su parte se comprometieron a replicar las conclusiones del encuentro dentro de sus respectivas comunidades. Se espera poder repetir esta experiencia en el Valle del Cauca para dar continuidad a estos espacios de espacio de diálogo sobre cómo implementar la etnoeducación en Colombia.

Entre los asistentes se encontraron Saúl Angulo, ex basquetbolista; Francisco Hinestrosa, gestor cultural de Bogotá; Juan de Dios del Movimiento Cimarrón; Sandra Ruiz, de la UNAD; Lina Martínez, periodista de Polimedios; Antonio Sánchez, Director del Afrobogotano; Antonia Agreda, decana de la Escuela de Ciencias de la Educación de la Universidad Nacional Abierta y a Distancia UNAD y Ricardo Díaz, de la Secretaría de Cultura del Atlántico.

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